viernes, 7 de octubre de 2011

El Hada Blanca de los Bosques de Europa.

         In October: creepy, freaky horror stories… based on a true stories.
La princesa había salido a dar su acostumbrado paseo vespertino; esta vez sin compañía alguna.
Burlando a su séquito de sirvientes, salió a todo galope sobre su brioso alazán, internándose en el espeso bosque que circundaba al Castillo de su padre.
El Solecito comenzaba a perderse en medio de las montañas.
Los cantos de los pájaros por entre las copas de los árboles a esa hora, resultaban un verdadero agasajo al oído; así que decidió desmontar y continuar a pie, para poder disfrutar por más tiempo esa maravillosa música.
En tanto caminaba, la oscuridad hacía su presencia cayendo sobre el bosque, hasta darle apariencia lúgubre.
De pronto en medio de un sendero desolado, un hombre con mirada de fuego y manos de hielo le tocó el hombro.
¿Quién eres? - la Princesa preguntó-
“Soy la Muerte, nadie se me resiste. Tú también debes obedecer mis designios”  - dijo con voz cavernosa y grave el hombre -.
La Princesa apretó los dientes y de un solo movimiento, tiró de su caballo corriendo a toda velocidad, montándolo en medio de la carrera. Se dirigió sin parpadear rumbo a las montañas, internándose nuevamente en el bosque.
En minutos, apareció en medio del camino, una hermosísima mujer, que vestía un manto blanco reluciente, con cabello trenzado y adornado con una corona de flores silvestres… era la gran bondadosa “Hada Blanca” del Bosque, cuyas historias sólo había escuchado… jamás vivido.
Frenando de golpe, hizo que su caballo se levantara sobre sus patas traseras, relinchando estruendosamente, provocando a su vez que la princesa perdiera el equilibrio y cayera.
Cuando despertó, estaba dentro de una espaciosa cabaña, adornada con flores multicolores, de las que desprendía un exquisito y agradable aroma.
¿Te sientes mejor? ¿Por qué galopabas de esa manera niña? - Le preguntó la hermosa mujer de reluciente manto blanco, que aún dentro de la casa, seguía destellando cual estrella -.
“Es que un ser con manos frías y despiadadas me persigue, dice que es la Muerte” – y comenzando a jadear de nerviosismo, la princesa le relató lo ocurrido-.
“No te preocupes Princesa, tú no puedes morir, por el contrario, serás premiada gracias a tu belleza de corazón. Tanto la belleza que posees en tu corazón, como tu belleza física, vivirán cuatro siglos completos”.
“Esto hará, que te reconozcan en cualquier lugar”… terminando de decir lo anterior, el Hada le colocó encima de la cabeza, una bellísima corona de flores silvestres, muy parecida a la que ella portaba.
“He vivido los últimos 10 años de éste, mi último cuarto siglo, buscando a quien me sustituiría. Jamás pensé, sería una princesa, debo decirte que hasta yo estoy sorprendida”.
“Sin embargo tu posees las cualidades que se requieren para poder ser un Hada Blanca de los Bosques, es decir, es necesario que tenga la capacidad de convertirse en cualquier animal en el momento que lo desee, de hacerse invisible, de volar con sus propias “alas” y, que posea la curiosidad suficiente para ir de acá para allá”.
“Ahora serás tú la que ahuyente a los ojanos, ogros, brujos y espíritus malignos. Deberás premiar a los hombres, mujeres, niños y niñas que se lo merezcan. De hermosísima mujer, pasarás a ser “aire”, según la lección que te toque enseñar”.
“De entre las lecciones que me han tocado “dar” a los mortales, fue la del cazador que mataba por placer para coleccionar animales disecados dentro de su casa. Ese día salió al bosque a cazar. De pronto vio una liebre por su camino y le disparó certeramente, pero no murió”.
“… Pero no era la típica liebre de olfatear el peligro y salir corriendo. Esta liebre le olió, y le vió, pero no huia.
El cazador apuntó a la liebre, disparó… y nada. Y allí seguía la liebre como si nada. Apuntó otra vez, disparó… y falló de nuevo. La liebre se estaba burlando de él. Y eso no lo podía permitir…
Siguió disparando y siguió fallando. Ya casi se le habían terminado las municiones, cuando, para colmo, la liebre se convirtió en una bella mujer.
El cazador se quedó perplejo, pero era tal la belleza de aquella mujer, que sin pensarlo dos veces se acercó a ella para abrazarla.
Y entonces, la mujer se convirtió inmediatamente en aire.
Entonces el aire que había sido mujer, que había sido liebre y que en realidad era el Hada Blanca de los Bosques, habló y dijo así:
- Cazador cazado, que te sirva este vacío como lección por todos los animales indefensos que has matado, no por hambre ni por necesidad, sino tan solo por placer.
No olvides nunca que quien la hace la paga, tarde o temprano -… y la bondadosa Hada Blanca desapareció.
De ahora en adelante trabajaré como veterinario –se dijo finalmente así mismo el cazador-.
El Hada Blanca que invisible lo estaba oyendo, se retiró con una sonrisa en los labios”.
Fragmento tomado del Libro: El cazador y el Hada en Cuentos Mágicos, Madrid.
Para todos aquellos que creen en duendes, gnomos y hadas, mi recomendación es, pongan por adentro de la ventana de su recámara y sobre el borde, azúcar en cubos, o dulces no picosos.
Si no tienen ventana en su recámara, pueden dejarlo sobre alguno de sus burós, a un lado de su cabecera.
Si son afortunadamente elegidos por ellos, se acercarán a su morada, se comunicarán con ustedes y mejor aún, tendrán los favores de ellos.
Solo necesitas un corazón puro y fe. Cambios positivos se avecinan y, nunca está de más la ayuda de todos ellos…
          Suerte! :D

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